La Guerra contra las drogas de Richard Nixon fue "declarada" hace ya 52 años. Desde su génesis, y a lo largo de sus cinco décadas de vigencia, los frentes de batalla han mutado tanto como sus héroes y villanos. Para él, salir a trotar por su exclusiva residencial en Tegucigalpa, la tramposa ciudad que lo amaba, no era otra cosa sino un recuerdo de la sencillez del mundo que se perfilaba a dominar. Era un hombre del mar entre continentes; era un hombre de la tierra en Latinoamérica; pero sobre todo era un hombre del aire en Honduras. Y el 5 de abril de 1988, la brisa hondureña y matutina sacudiendo su ropa deportiva sería acaso el último recuerdo que tendría de su libertad. Al regresar a su mansión, al narcotraficante internacional Ramón Matta Ballesteros lo estaban esperando policías y militares hondureños; lo que no era gran cosa, puesto que por sí solos no mordían la mano que los alimentaba. Su problema fue que también aguardaban por él cuatro mariscales estadounidenses, i