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"Una voz más estable y con fuerza": exigen despenalización del cannabis frente a Congreso hondureño

Tegucigalpa. - En una temeraria forma de protesta, artistas, activistas y ciudadanos consumidores del cannabis conmemoraron el 4/20 (celebración de la comunidad cannábica internacional que tiene lugar el 20 de abril de cada año) con un “fumón” de hierba frente al Congreso Nacional de Honduras, a cuyas autoridades exigen la despenalización del uso de la planta en el país centroamericano.

La actividad fue sintónica con celebraciones realizadas en todo el mundo, y que dejaron imágenes tan icónicas como la de un joven estadounidense fumando un “porro” en Times Square, Nueva York, tras una cuenta regresiva transmitida en las pantallas de sus edificios, indicando que la ansiada fecha había llegado.

Pero las realidades distan mucho entre Nueva York, capital del mundo donde la marihuana es legal, y Tegucigalpa, capital de Honduras, país azotado hasta sus cimientos por el trasiego ilegal de drogas y en donde el consumo, cultivo y comercio del cannabis está gravemente penalizado.

Un acto antes impensable

La primera orden de la actual presidenta hondureña a la Policía fue remover las vallas que rodeaban el Congreso y lo separaban de la ciudadanía (Foto: CHTV).

“Es mi primera vez en una protesta de este tipo, no tengo tanto miedo, pero estoy un poco nervioso”, confesó Alejandro Mendoza, artista gráfico que vendía sus obras en el espacio de comercio libre, dispuesto en la zona de protesta previo a la osada actividad que los reunía: fumar marihuana frente al edificio legislativo, observados por una docena de elementos policiales que circundaban el área. 

Él y Samuel Narváez acudieron a la convocatoria, realizada en redes sociales y que reunió a más de cien personas, una cifra modesta pero considerable si se toma en cuenta la naturaleza del acto.

Samuel Narváez y Alejandro Mendoza comercian sus pinturas y comparten una consigna

Para Narváez, quien ya había participado en una protesta idéntica el 20 de abril de 2022, este tipo de llamados a la acción, inéditos en el país, se han vuelto realizables durante la administración de la presidenta Xiomara Castro, del partido izquierdista Libertad y Refundación, que llegó al poder el 27 de enero de 2022 y sucedió al conservador Juan Orlando Hernández, hoy preso en Estados Unidos (en una cárcel de Nueva York, específicamente) bajo acusaciones de narcotráfico.

“En la (administración) de Juan Orlando no pudimos ni siquiera pensar en tener una de estas movilizaciones, la represión era masiva y habían otros temas mucho más urgentes como la salud, como la educación, como el desfalco de las instituciones, los casos del narcotráfico, muchas cosas más que nos impedían tener esta discusión. Ahorita vemos la oportunidad y vemos la necesidad de actuar”, señala Narváez.

La actividad policial se resumió a monitorear la protesta.

El joven artista, quien dice haber participado en protestas en las que bombas lacrimógenas de las autoridades orlandistas le “rozaban la cabeza”, no muestra desprecio por la función de los oficiales de policía que, de cuando en cuando, se acercaban a monitorear el desarrollo del evento.

“Con tal [de] que no tengan bombas lacrimógenas en la mano, con tal [de que] no tengan la tanqueta parqueada en la otra cuadra, no tenemos nada de qué preocuparnos; sabemos que [los policías] son servidores públicos, sabemos que es su responsabilidad porque estamos aquí en el Congreso”, añadió.

Así, artistas como ellos dicen sentirse seguros de asistir a estas reuniones, en tanto que obtienen un rédito económico de su arte.

Percepción, de Samuel Narváez.
Narváez muestra la obra Percepción, cuya simbología visual psicodélica describe como “la apertura de la mente, en la que podemos ver nuestro mundo lleno y poblado de todo lo que conocemos, pero de alguna forma ese ojo despierto nos permite reanalizar la vida”.

Protestas, sí. Respuestas… no.

Una activista lee un comunicado con peticiones al gobierno de Castro y a los congresistas.

Ditto Montalván, de Tendencia Hondureña Cannábica, al igual que Narváez y Mendoza, observó una mínima represión por parte de los oficiales de la Policía, a quienes acusó, eso sí, de cortar el fluido eléctrico y removerles una tarima ubicada en los bajos del Congreso, en donde se planeó, originalmente, llevar a cabo la protesta, que sería desplazada por este motivo al anejo parque La Merced.

El complicado acceso al Congreso, para Montalván, no es solo físico. Pese a que estos colectivos están respaldados por abogados penalistas, expertos en políticas públicas y especialistas en diversas ramas sociales que buscan dar un rumbo de mayor peso intelectual y político al movimiento, no han tenido una aproximación determinante con legisladores hondureños ni del oficialismo, ni de la oposición.

Y es que la empresa de los protestantes no es fácil. Se busca la liberación y subsecuente regulación de la planta; esto es, la despenalización de la marihuana para su uso en las esferas lúdicas (lo que denominan “consumo adulto”), industriales y sanitarias.

La protesta busca eliminar el estigma respecto al consumo de cannabis en Honduras.

Ya en 2022, el designado presidencial Salvador Nasralla, de complicada relación con el gobierno de Castro, propuso la implementación en Honduras de la industria del cáñamo (subespecie de la Cannabis sativa) para su exportación, puesto que es utilizado en el extranjero para la producción de textiles, aceites, papel y productos medicinales.

Para activistas como Montalván, sin embargo, esto no es suficiente.

"No me gusta la iniciativa de Nasralla; el cáñamo es un gran sustituto del plástico, eso está claro, pero, ¿que lo haga solo de manera industrial? No me parece, porque no vamos solo a estar exportando, porque tenemos un problema de salud pública”, señala.

Publicaciones como Bloomberg auguran una nueva prosperidad agrícola en la industria del cáñamo.

A su reclamo al estamento gubernamental se suma Windy Rubí, representante en simultáneo de las organizaciones Legalización Cannábica HN y Cultura del Cáñamo Honduras.

"La prohibición se ha dado (...) por temas económicos, de intereses políticos, y no tenemos respuestas por parte de nuestros congresistas, y ni siquiera de la presidenta (Castro) para poder dar una mejoría a esta temática", expresa.

Para Montalván y Rubí, se debe atender a una urgencia en el sector sanitario nacional, para cuyas falencias consideran oportuno el uso efectivo del cannabis en el tratamiento de padecimientos “como la ansiedad y dolores crónicos”, según indica Rubí.

Los manifestantes aseguran que la actual crisis sanitaria del país puede encontrar remedios en el cannabis.

No obstante las exigencias que motivan la protesta de este sector, la administración Castro, a diferencia de otros gobiernos de izquierda coetáneos, como el de Gustavo Petro, en Colombia, no ha dado visos en el respecto de terminar con la penalización; el tema ni siquiera se mencionó en su plan de gobierno.

“Invitamos a mucha gente a que se pueda unir y (...) tener una voz más estable y con fuerza para poder proponer una despenalización del cannabis en Honduras”, culmina Rubí.

4:20

Más de un centenar de personas protestaron fumando marihuana frente al Congreso Nacional de Honduras.

En los instantes previos a las simbólicas 4:20 de la tarde, la multitud, dispersa en grupos que conversaban y ojeaban las bisuterías, pinturas y productos, y en otro que observaba un espectáculo musical que amenizaba la jornada, se agrupó frente al escenario improvisado, al llamado de los organizadores del evento y mientras preparaban sus “porros”.

Cuando el reloj marcaba la hora esperada, jóvenes y adultos, vestidos con las prendas características del movimiento rastafari, el tricolor de la comunidad, ropa casual y hasta atuendos formales, prendieron la tarde de controversia con el inocuo humo blanco y un olor inconfundible.

En esa plaza, frente al Congreso, con autoridades vigilantes, sin tanquetas, sin vallas y con una multitud ordenada, la tarde continuó en clara alusión al futuro que vislumbra esta comunidad en Honduras: uno lleno de música, paz y total normalidad. 

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